Si deseas encontrar una empresa dedicada a la venta de calderas en Vizcaya, no te vamos a contar la historia del Titanic. Tan solo abordaremos su significado figurado. El efecto Titanic hace referencia en este caso al cúmulo de circunstancias aparentemente casuales que desembocan en una situación no esperada. Sin una espesa niebla, y con velocidad de giro inferior a los 27 nudos, probablemente el buque transatlántico de pasajeros R. M. S. Titanic jamás hubiese chocado con aquel gran iceberg.

Si llegamos a casa tras las vacaciones y vemos que nuestra caldera no funciona, puede ser debido a diversos factores: aire en el sistema, fallo eléctrico o electrónico, pérdida de presión por una avería cercana en la red u obstaculización de filtros, entre otros. Cuando son varios los motivos que impiden el buen funcionamiento de nuestra caldera, tendremos ante nosotros un claro ejemplo del efecto Titanic. Es el momento de hacer una buena foto y llamar a una empresa dedicada a la venta de calderas en Vizcaya como la nuestra.

Siguiendo el rumbo de este efecto multilateral, es conveniente que sepamos que todo sistema de calderas tiene un uso y desgaste natural, así como un reglaje de piezas que hay que reponer adecuada y periódicamente. Debe ser el técnico instalador quien decida la necesidad de sustitución de piezas, sobre la ampliación de las garantías del producto y de su instalación. Alguien sin los conocimientos o la profesionalidad requeridas debe abstenerse siempre de hacerlo.

Una instalación de caldera debe de contar con la asistencia de un oficial instalador cualificado, un plan de mantenimiento adecuado y un servicio de atención al cliente enfocado a su comodidad de pago, seguridad técnica y ahorro final. Debe de ser un servicio profesional y avanzado.

En Saneamientos La Peña lo sabemos y nos encargamos de la instalación de tu caldera para que siempre esté a punto. Llámanos, te asesoramos para que tu sistema de calderas sea lo más eficiente.